Lugares inusuales de la Costa Blanca que vale la pena visitar
La Costa Blanca es bien conocida por sus playas, animados destinos turísticos y su suave clima mediterráneo. Sin embargo, esta región ofrece mucho más que un simple descanso junto al mar. Entre montañas, costas y parques naturales se esconden lugares inusuales y únicos, que a menudo quedan fuera de las rutas turísticas tradicionales. Estas atracciones sorprenden por su historia, geología, características naturales y atmósfera única. La mayoría de ellos son accesibles para visitar por cuenta propia y muchos son completamente gratuitos. A continuación, presentamos los lugares más interesantes e inusuales de la Costa Blanca que todo viajero debería ver al menos una vez.
Además de sus maravillas naturales, la Costa Blanca es famosa por su historia milenaria, donde se entrelazan vestigios de íberos, romanos, árabes y la España medieval. En esta costa se pueden encontrar decenas de sitios de valor cultural, arquitectónico y arqueológico. Incluso si ya has visitado los populares destinos turísticos como Benidorm o Alicante, las localizaciones menos conocidas de la región pueden revelar un carácter y una atmósfera completamente distintos. Estos lugares son variados: desde altos asentamientos montañosos hasta salas subterráneas y antiguas torres de vigilancia. Permiten sentir el espíritu del Mediterráneo, tocar la antigüedad, observar fenómenos naturales raros y tomar fotos únicas.
Cuevas de Canelobre

Ciudad: Busot
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Las Cuevas de Canelobre son una de las maravillas naturales más inusuales de la provincia de Alicante. Es un enorme sistema de salas con techos de hasta 70 metros de altura, que recuerda a una catedral. Las cuevas son famosas por sus estalactitas y estalagmitas, que forman figuras curiosas y a veces fantásticas. Algunas formaciones han recibido nombres como «camello», «espada», «dragón», entre otros. Gracias a su acústica única, a veces se realizan conciertos de música clásica en su interior.
Sin embargo, la historia de estas cuevas es mucho más profunda de lo que parece a simple vista. Los científicos consideran que Canelobre se formó hace más de 150 millones de años, durante el período Cretácico. Dentro se percibe una atmósfera especial, combinación de frescor, silencio y luz tenue. Los visitantes suelen comentar que el espacio recuerda a una catedral subterránea, y el juego de luces sobre los minerales crea una sensación casi mística.
Durante la visita, los guías explican cómo los niveles de agua y la corteza terrestre han cambiado a lo largo del tiempo, formando estas estructuras únicas. En el siglo XX, las cuevas incluso se usaron como refugio secreto y taller para la fabricación de piezas de aviones, lo que añade un capítulo histórico adicional. El recorrido por los senderos preparados dura unos 40 minutos, pero la impresión permanece mucho tiempo.
Isla de Tabarca

Ciudad: Santa Pola
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Tabarca es la isla habitada más pequeña de España y la única del área de Valencia. Es un lugar sorprendente que combina bahías pintorescas, fortificaciones históricas, calles románticas con casas antiguas y un mar increíblemente limpio. Las aguas alrededor de la isla son un área marina protegida debido a su rico mundo submarino.
En la isla reina una atmósfera especial de tranquilidad, como si el tiempo se ralentizara. Sus callejuelas son estrechas y empedradas, y las casas están en estilo mediterráneo tradicional. Las playas de guijarros blancos y agua transparente son perfectas para hacer snorkel, con visibilidad a menudo superior a 20 metros. La fauna marina de Tabarca es diversa: pulpos, estrellas de mar, peces coloridos e incluso pequeños bancos de barracudas son comunes.
La historia de la isla está vinculada a piratas, esclavitud y liberación. En el siglo XVIII, se asentaron prisioneros de la ciudad argelina de Tabarca, de donde proviene el nombre de la isla. Por eso su arquitectura es única y distinta a otros pueblos de la región. También se conservan murallas, la antigua iglesia de San Pedro y San Pablo, un faro y ruinas de estructuras defensivas, que lucen especialmente fotogénicas en días soleados.
El Castell de Guadalest

Ciudad: Guadalest
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Guadalest es uno de los lugares más pintorescos de España. El pueblo está situado sobre altos acantilados de piedra caliza, y su castillo se eleva sobre el valle con un embalse turquesa. Es un sitio que parece salido de una postal: calles estrechas, casas de piedra, patios con museos y pequeñas tiendas artesanales.
Pero Guadalest no es solo un destino turístico. Aquí se percibe plenamente la historia de la región. Las primeras fortificaciones datan de la época musulmana, y luego fueron reconstruidas varias veces por reyes cristianos. La arquitectura conservada permite observar capas de diferentes épocas, mientras que el paisaje rocoso resalta la importancia estratégica del lugar.
Para acceder al castillo, hay que atravesar un túnel tallado manualmente en la roca. El paso es estrecho y cada paso provoca la sensación de viajar al pasado. Desde la cima se obtiene una panorámica impresionante: un lago esmeralda rodeado de colinas, valles tranquilos y majestuosas montañas. Especialmente hermoso en primavera, cuando la naturaleza revive y el valle se llena de colores.
Además de las principales atracciones, el pueblo cuenta con numerosos museos inusuales, incluidos el museo de miniaturas, el museo de micro-miniaturas, el museo de tortura medieval y el museo de objetos cotidianos. Guadalest realmente sabe sorprender.
Salinas de Santa Pola

Ciudad: Santa Pola
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Las Salinas de Santa Pola son uno de los lugares naturales más inusuales del sur de la Costa Blanca. Gracias al alto contenido de sal y microorganismos, el agua adquiere un característico color rosa. El paisaje circundante recuerda a un escenario marciano y se ve especialmente impresionante al atardecer.
El color del agua se debe a algas y bacterias capaces de sobrevivir en ambientes extremadamente salinos. Los flamencos, que habitan la reserva, obtienen su color rosa de estos organismos. Es posible observar aves prácticamente todo el año, especialmente temprano en la mañana o al atardecer, cuando se agrupan en grandes bandadas.
Además de su belleza natural, las salinas tienen importancia económica: tradicionalmente se extrae sal aquí. Los campos de sal crean un paisaje geométrico único, que se aprecia especialmente desde la altura. Los turistas pueden observar el proceso de extracción y contemplar enormes montículos blancos que parecen colinas de nieve.
Torre de la Illeta

Ciudad: El Campello
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Las torres de vigilancia de la Costa Blanca son un legado del siglo XVI, cuando la costa se protegía de los ataques de piratas. La Torre de la Illeta es una de las mejor conservadas y pintorescas. Está situada en un cabo cercano al yacimiento arqueológico Illeta dels Banyets.
El entorno es perfecto para paseos. El cabo rocoso ofrece magníficas vistas al mar, y la torre recuerda tiempos en que la costa era vulnerable. El sistema de torres abarcaba casi toda la región: hogueras de señal transmitían mensajes de una torre a otra, alertando a los habitantes del peligro pirata. Esta comunicación era sorprendentemente eficaz para la época.
Hoy la Torre de la Illeta es un punto popular para ver el atardecer, paseos románticos y sesiones fotográficas. La brisa marina, el ruido de las olas y la cercanía al complejo arqueológico crean una atmósfera que refleja perfectamente el espíritu del Mediterráneo antiguo.
La Cruz de Benidorm

Ciudad: Benidorm
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Uno de los puntos más inusuales de Benidorm es la colina con la cruz, situada dentro del Parque Natural de la Serra Gelada. La cruz original se colocó en los años 60 como símbolo de «purificación» de la ciudad y se ha convertido en uno de los miradores más conocidos.
El sendero hacia la cruz asciende entre arbustos y pendientes rocosas. A medida que subes, las vistas se amplían: primero la bahía, luego los rascacielos de Benidorm y las montañas circundantes. Es uno de los mejores lugares para fotos, especialmente con la luz de la mañana o la tarde.
En la cima hay una amplia plataforma desde donde se ve no solo el centro de la ciudad, sino también las playas cercanas, la isla de Benidorm e incluso el macizo de Puig Campana. La atmósfera es tranquila a pesar de la popularidad del lugar: el viento, el sonido del mar y la vista panorámica crean sensación de paz.
Fonts de l’Algar

Ciudad: Callosa d’en Sarrià
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Las Fonts de l’Algar son un parque natural donde el agua desciende por estrechos cascadas de piedra formando piscinas turquesas. El lugar está rodeado de vegetación y el recorrido sigue el río por pasarelas preparadas.
El nombre Algar proviene del árabe «al-gar», que significa «cueva» o «arroyo». La zona recuerda a antiguos sistemas de riego árabes, utilizados para abastecer campos y aldeas. Parte de estos canales se conserva hoy, siendo otra razón para visitar el parque.
En verano, se viene a nadar en sus aguas frescas, que casi siempre mantienen una temperatura menor que en los alrededores. En invierno y primavera, las cascadas cobran fuerza tras las lluvias y la naturaleza se muestra más verde. El paseo dura alrededor de una hora, aunque muchos permanecen más tiempo disfrutando del entorno.
Palmeral de Elche

Ciudad: Elche
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El Palmeral de Elche es el más grande de Europa y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La ciudad alberga más de 200.000 palmeras, y la estructura de plantación data de la época árabe. Los caminos atraviesan jardines, edificios históricos y zonas sombreadas para descansar.
El bosque es un oasis creado por el hombre. Las palmeras están plantadas en filas formando cuadrados y rectángulos, parte de un antiguo sistema de riego. Los árabes utilizaban las palmeras como protección solar para otros cultivos, creando agricultura en varios niveles. Todavía se pueden ver huertos de frutas tradicionales.
Especialmente hermoso es el parque Huerto del Cura, con palmeras raras como la «palmera imperial» de varios troncos. Hay plantas ornamentales y frutales, como granadas y naranjas. El Palmeral es ideal para paseos tranquilos, fotos o estudiar la herencia árabe de la región.
Poblado Íbero de la Serreta

Ciudad: Alcoy
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Este sitio arqueológico data del siglo VI a.C. y pertenece a la civilización íbera. La Serreta se encuentra en una zona montañosa, y los restos de casas, murallas y santuarios ofrecen una visión de la vida de los antiguos habitantes.
Los íberos fueron uno de los pueblos más enigmáticos de la actual España, con cultura avanzada, metalurgia, sistema de escritura y rica mitología. La Serreta es uno de los pocos complejos bien conservados que permite ver la disposición de viviendas, fortificaciones y lugares sagrados.
Los arqueólogos hallaron cerámica, objetos de bronce, monedas, armas y fragmentos de dedicatorias. Muchos se pueden ver en museos de Alcoy, ayudando a comprender la vida íbera. Las panorámicas desde la meseta completan la experiencia: montañas, barrancos y colinas crean un anfiteatro natural majestuoso.
Cala del Moraig & Cova dels Arcs

Ciudad: Benitachell
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Cala del Moraig es una de las calas más bellas de la región, y su singularidad aumenta gracias a la Cova dels Arcs. Es un túnel de piedra formado por la acción del agua y el viento. Al amanecer, los rayos del sol iluminan los arcos creando reflejos fantásticos.
La cueva es uno de los símbolos naturales más reconocibles de la Costa Blanca. Es interesante tanto para turistas como para geólogos, ya que la estructura de los arcos refleja un complejo proceso de erosión sobre la piedra caliza. Los buceadores disfrutan especialmente del lugar, pues bajo los arcos comienza una red de túneles submarinos que se adentra en la costa.
La playa está rodeada de altos acantilados, reduciendo el viento y haciendo que el agua sea especialmente transparente. Se puede acceder por un camino equipado, pero en temporada alta conviene llegar temprano, ya que el estacionamiento se llena rápido. Incluso si no planeas nadar o fotografiar, la proximidad a estas formaciones rocosas genera una fuerte impresión.
Conclusión
Las atracciones inusuales de la Costa Blanca complementan la imagen del destino como lugar de playa. Cuevas, islas, castillos en acantilados, cascadas y yacimientos arqueológicos permiten ver la costa desde otra perspectiva y comprender mejor su historia y naturaleza.
Incluir estos lugares en el itinerario ofrece a los viajeros la posibilidad de experimentar la auténtica diversidad mediterránea, desde la tranquilidad de las mesetas hasta el ruido de las cascadas y la respiración de salas subterráneas. Son ideales para quienes buscan nuevas experiencias, salir de los paseos tradicionales y descubrir maravillas naturales escondidas a pocos kilómetros de los destinos turísticos más concurridos.
Visitar estos sitios hace que el viaje sea más enriquecedor: en un solo día se puede combinar un paseo por un pueblo medieval, un baño en un río de montaña y la observación de aves en salinas. La mayoría de las atracciones se pueden combinar fácilmente con viajes por la costa en coche o excursiones de un día.
Al planear la ruta por la Costa Blanca, conviene incluir no solo los destinos turísticos conocidos, sino también estas localizaciones inusuales. Así el viaje será más diverso y las experiencias más memorables.