Exposición: «Arquitecturas de la voz» de Dagoberto Rodríguez
La sala de exposiciones de La Lonja del Pescado presenta «Arquitecturas de la voz», un ambicioso proyecto artístico del artista cubano Dagoberto Rodríguez. Concebida como un espacio de reflexión, la muestra invita a los visitantes a reconsiderar cómo escuchamos, cómo habitamos el sonido y cómo la atención configura nuestra relación con el mundo. Lejos de ofrecer un relato lineal, Rodríguez crea un entorno en el que el sonido, el silencio y la experiencia espacial se convierten en participantes activos del recorrido del espectador.
Una invitación a desacelerar
En una época caracterizada por la aceleración, el flujo constante de información y la presión por reaccionar de inmediato, «Arquitecturas de la voz» propone un desaceleramiento deliberado. La exposición anima a los visitantes a detenerse, a reconectar con sus propios ritmos internos y a experimentar que pensar es también un acto físico, no solo mental. Las obras se despliegan gradualmente, requiriendo presencia, paciencia y atención; recompensan a quienes se detienen, observan y escuchan con detenimiento. De esta manera, la muestra se convierte en un gesto de resistencia frente al ruido, una invitación a recuperar la profundidad y los matices de la percepción humana.
La atención como forma de resistencia
La idea central del proyecto subraya que toda forma de resistencia —ya sea política, estética o afectiva— comienza con la atención. La capacidad de concentrarse, de reconocer sutilezas y de rechazar el consumo pasivo es lo que permite que surjan actos de resistencia. La obra de Rodríguez no instruye ni dicta significados; en cambio, abre un espacio donde los visitantes pueden reavivar su capacidad de escucha atenta: escuchar el sonido, el espacio, a los demás y a sí mismos. A través de este cambio de atención, la exposición sugiere que incluso pequeños ajustes en nuestra percepción pueden influir en la manera en que nos relacionamos con el mundo.
Arquitecturas invisibles del sonido
Dentro de los espacios de La Lonja del Pescado, el sonido y la arquitectura interactúan para crear un entorno multidimensional. Rodríguez no trata el sonido como un fondo decorativo, sino como una estructura que moldea el movimiento, la emoción y el pensamiento. La exposición explora cómo el sonido construye arquitecturas invisibles a nuestro alrededor: capas de memoria, rastros de conversaciones y ecos de experiencias colectivas. Los visitantes recorren estas arquitecturas intangibles mientras caminan por la sala, descubriendo cómo el sonido puede anclar, desafiar o transformar la percepción.
El silencio como revelación
El silencio también ocupa un papel relevante. Aparece no como ausencia, sino como un medio que permite que los matices del sonido se revelen. En diferentes partes de la exposición, las pausas, resonancias y transiciones silenciosas invitan a los espectadores a notar detalles que podrían pasar inadvertidos. Estos momentos tranquilos destacan la fragilidad de la atención en el mundo contemporáneo y muestran cómo la quietud puede convertirse en una forma de resistencia en sí misma, un instante de claridad en medio del ruido constante.
Espacio, interpretación y experiencia
El enfoque artístico de Rodríguez valora la apertura y la interpretación. La exposición no prescribe un único mensaje ni se cierra a lecturas alternativas; se convierte en un punto de encuentro entre la obra y el visitante, donde el significado se construye a través de la experiencia. A medida que los espectadores avanzan por la muestra, se encuentran con cambios en la atmósfera que fomentan la introspección y el diálogo. Cada sala propone una nueva forma de interactuar con el espacio: a veces mediante la inmersión, otras mediante el contraste, y en ocasiones a través de sutiles señales sensoriales que reorientan la conciencia del visitante.
La Lonja del Pescado como escenario
La Lonja del Pescado, con su arquitectura histórica y sus amplios interiores, ofrece un escenario ideal para este proyecto. La acústica natural y las cualidades estructurales del edificio permiten que el sonido se expanda, reverbere y transforme el entorno. La exposición no intenta dominar el espacio; al contrario, interactúa con él, revelando cómo la arquitectura y el sonido coexisten y modelan la presencia humana. Los visitantes pueden percibir elementos que normalmente pasan desapercibidos: la textura de los materiales, el ritmo de los pasos, el movimiento del aire. En estos descubrimientos, se hace tangible el tema central de la exposición: la atención es transformadora.
Una experiencia que perdura
Al finalizar la visita, «Arquitecturas de la voz» deja una impresión duradera no a través del espectáculo, sino mediante la sensibilidad y la atención plena. La exposición invita a los asistentes a llevar este renovado estado de atención más allá del recinto, sugiriendo que la calidad de nuestra atención no solo influye en cómo experimentamos el arte, sino también en cómo nos relacionamos con la sociedad, con las personas y con la vida cotidiana. A través del simple acto de escuchar más profundamente, se abren caminos hacia la conexión, la comprensión y la resiliencia.
Fechas y entrada
La exposición puede visitarse del 14 de noviembre de 2025 al 22 de febrero de 2026.
Entrada libre.














